Si te has planteado comprar un portátil, te habrás dado cuenta de que el tamaño de las baterías nunca sobrepasa los 99,9 Wh. ¿Quieres saber por qué? En este artículo te contamos qué es un Wh, cuál es el motivo de que exista un límite y qué otras consideraciones debes tener en cuenta con respecto a este asunto.
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99,9 Wh: qué son los Wh o vatios por hora
La abreviatura Wh hace referencia a la unidad de medida vatios por hora. No se debe confundir con el vatio o watt, que mide la potencia de consumo eléctrico instantánea. Más bien, el vatio por hora o Wh se sirve para calcular el consumo eléctrico durante un periodo de tiempo determinado. Por ejemplo, si hacemos funcionar un aparato que de 50 vatios (o 50 W) durante una hora, habrá consumido 50 vatios por hora (o 50 Wh). De igual modo, en dos horas su consumo será de 100 vatios por hora (o 100 Wh).
Tomando lo anterior como referencia, debes saber que la unidad elegida para medir la capacidad de las baterías en los portátiles es, precisamente, los vatios por hora o Wh. Un equipo de gama media suele tener unos 40 Wh, mientras que uno de gama alta puede alcanzar los 99,9 Wh. Sin embargo, por mucho dinero que decidas gastar en tu nuevo portátil, nunca podrás tener un ordenador que supere esta cifra. ¿Por qué?
99,9 Wh: un límite de seguridad que te permite viajar con tu equipo
Las baterías incluidas en los portátiles (y por supuesto en cualquier otro dispositivo electrónico o de movilidad) son componentes delicados e inestables que pueden prender y provocar un incendio grave. En algunos casos incluso han explotado. Evidentemente, esto no es algo que suceda con frecuencia y, en la mayoría de los casos, un portátil nunca llegará a sufrir este tipo de averías. Sin embargo, no podemos negar que el uso de baterías, sobre todo cuando se utilizan con intensidad y cerca de una fuente de calor, siempre implica ciertos riesgos.
Debido a esto, los organismos oficiales aplican restricciones para transportar este tipo de baterías. En realidad, cualquiera que supere los 99,9 Wh es considerada una mercancía peligrosa y debe transportarse siguiendo un protocolo especial.
Para comprender la gravedad del asunto, es necesario pensar por un momento en los problemas que provocaría un incendio dentro de la cabina de un avión o en la propia bodega. Algunos pilotos experimentados afirman que esto es mucho más peligroso que un motor deje de funcionar o estalle en llamas. Quizá esta afirmación te parezca exagerada, pero los profesionales de la aeronáutica, entre los que contamos pilotos y tripulación, están preparados para esos inconvenientes. No obstante, un incendio en el interior del avión se comporta de manera imprevisible y podría destruir partes importantes de la nave antes de que sea posible aterrizar en un lugar seguro.
Las autoridades prohíben superar los 99,9 Wh en las baterías de iones de litio
Ahora que ya conoces qué es exactamente un vatio por hora y el motivo por el cual no es posible encontrar equipos portátiles con una batería que supere los 99,9 Wh, te mostramos qué es lo que dicen algunas fuentes con respecto a esto. Gracias a esto, estableceremos las limitaciones impuestas por diferentes factores relacionados con el mundo de la aeronáutica. Además, te permitirá averiguar si existen otras limitaciones relacionadas con el límite de los 100 vatios por hora.
Administración Federal de Aviación de Estados Unidos
En Estados Unidos, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, o FAA por sus siglas en inglés, aplica limitaciones en Wh a los siguientes productos:
- Baterías externas o power banks
- Estuches de carga de baterías de teléfonos.
- Baterías de litio recargables y no recargables.
- Baterías de teléfonos o de portátiles.
- Cargadores portátiles.
En cuanto a estos componentes, menciona que “las baterías de iones de litio (recargables) están limitadas a una clasificación de 100 vatios hora (Wh) por unidad”. Como los fabricantes son conscientes de estos límites, el propio organismo deja claro que “estos límites permiten casi todos los tipos de baterías de litio utilizadas por la persona promedio en sus dispositivos electrónicos”. O lo que es lo mismo, que no hay que preocuparse demasiado por que la inmensa mayoría de los productos electrónicos cumplen con este límite.
Solo en ocasiones concretas y con la aprobación de la aerolínea es posible transportar hasta “dos baterías de iones de litio más grandes de repuesto (101-160 Wh) o baterías de metal de litio (2-8 gramos)”. Esto puede ser necesario para incluir en el equipaje equipos de audio o vídeo profesionales, por poner algunos ejemplos.
Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea
Otro organismo regulador que debemos consultar para conocer todos los detalles sobre el límite de los 99,9 Wh es la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea. En su página oficial aclara que el pasajero puede llevar “dispositivos electrónicos portátiles en su equipaje de mano, y no en su equipaje facturado”. Por otro lado, recuerda que “en circunstancias normales podemos usar nuestros ordenadores portátiles, lectores electrónicos, tabletas o reproductores de MP3 a bordo para trabajar, leer, escuchar música o ver películas”.
A pesar de todo lo mencionado, la EASA (Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea por sus siglas en inglés) recuerda que la batería no debe exceder los 100 Wh o 2 gramos de contenido de litio. El primer límite es para baterías de iones de litio recargables y el segundo para baterías de metal de litio, que generalmente no son recargables.
Vatios por hora en baterías: 99,9 Wh no significa limitar la autonomía
Después de lo analizado, queda claro que a los fabricantes no les interesa lanzar dispositivos con baterías que superen los 99,9 Wh. De lo contrario, su transporte y distribución se complicaría notablemente. Además, el usuario difícilmente podría llevarse consigo su portátil en viajes en avión o ferrocarril. Pero todo esto no significa que se haya impuesto un límite a la autonomía. Es necesario recordar que existen otros factores, además de la propia capacidad de la pila, que incluyen en este sentido.
Sin ir más lejos, las propias aplicaciones que se ejecutan en el portátil pueden influir positiva o negativamente en la autonomía. También el propio sistema operativo debe estar bien optimizado con el objetivo de reducir el consumo eléctrico. Y lo mismo podemos decir del procesador. De hecho, los principales fabricantes trabajan para que sus CPU sean cada vez más eficientes. Por último, puede ser positivo calibrar la batería del equipo.
Y a ti, ¿qué es lo que más te ha sorprendido de lo que hemos analizado aquí? Déjanos tu opinión en los comentarios. ¡Te leemos!
