Tutoriales

Cómo elegir una tarjeta de sonido en PC

Un repaso sobre las bases ante la compra de este componente

Si llevas unos años en el mundo del PC te habrá saltado la duda: ¿Cómo elegir una tarjeta de sonido? Aunque actualmente el audio integrado que podemos encontrar es de mucha mejor calidad que antaño; dar el salto hacia un mejor audio en tu PC pasa, en algún momento, por adquirir una mejor tarjeta de sonido.

Esta pieza, que generalmente se encuentra por defecto en algún componente del equipo , es la encargada de recibir, transformar y transmitir el audio entre los diferentes elementos que participan en la reproducción o grabación del sonido que escuchamos en nuestro PC.

En la variedad está el gusto, pero también nace la duda

Cómo elegir una tarjeta de sonido en PC

Las tarjetas de sonido son un componente con muchas aplicaciones, usos y público, lo que se traduce en una oferta enorme de modelos y variaciones poblando el mercado.

Es fácil que al adquirir una tarjeta de sonido acabemos pagando de más por características que no necesitamos, o encontrarnos con que la elegida no cumple con nuestras expectativas.

Hoy aspiramos a guiar los pasos de aquellos usuarios menos duchos en la materia, trayendo una serie de observaciones básicas sobre qué debemos tener en cuenta cuando adquirimos una de estas piezas.

¿Para qué usaremos la tarjeta de sonido?

No hay nada más importante al adquirir una tarjeta de sonido que preguntarte para que vas a usarla. Y esta es una pregunta que nos debemos hacer de forma realista; el equipamiento para audio del que las tarjetas de sonido forman parte es caro si saltamos al sector más entusiasta, o al profesional, por lo que lo ideal es plantearse qué uso se le va a dar en su día a día. Ese debería ser nuestro primer paso.

Para quienes consumen contenido

Si nuestra actividad principal frente al ordenador tiene que ver con el consumo de contenido multimedia, hacernos con una de estas tarjetas de sonido puede ser una compra tan válida como cualquier otra. Veremos grandes aliadas en las tarjetas de sonido generalistas, para audiófilos, o destinadas al gaming, dejando a un lado las de corte profesional.

Imagen:wikimedia commons

Para estas últimas (tarjetas de sonido para gaming), las tarjetas de sonido internas son especialmente interesantes por la amplia oferta y modelos disponibles. Además, suelen contar con tecnologías para favorecerse del uso de auriculares, tan extendidos entre los jugadores, realzar bajos, o el sonido ambiental son algunas características comunes.

Las tarjetas de sonido de este tipo hacen muy bien su trabajo cuando toca transmitir el sonido a quienes van a reproducirlo, pero si queremos «crear» estos sonidos deberíamos aspirar a otro tipo de producto, uno de corte más profesional.

Para quienes lo crean

Si nuestro uso normal de un equipo involucra la producción de contenido audible, y no sólo su consumo, deberíamos atender a otros factores. Un buen ejemplo nos lo da el número de entradas y salidas de audio, que debería ser aproximado al número de herramientas que utilicemos (entradas de micrófono, o linea para instrumentos) y del modo en el que grabemos.También tienen peso los previos (pre-amplificadores), que condicionan la calidad de los instrumentos que usamos en las grabaciones, o las opciones de alimentación de las que dispone.

En el apartado profesional las variables son aún más determinantes y merecerían su propio texto, por lo que no profundizaremos más en ellos a lo largo de este artículo y nos centraremos en las tarjetas de sonido más centradas en el consumo de contenido.

Hay que atender al equipo (musical) del que disponemos para la tarjeta de sonido

Por obvio que pueda parecer, es importante comprar una tarjeta de sonido que se adecue al equipo que ya tenemos sobre la mesa. Nuestra recomendación es que no planees sobre futuro, es más importante el equipo de sonido que la propia tarjeta de sonido, por lo que si tienes que elegir entre invertir más en una buena tarjeta de sonido, o un buen equipo de sonido, céntrate en el segundo (siempre atendiendo a sus necesidades).

Teniendo esto claro, hay que tener en cuenta la calidad y prestaciones de dicho equipo. Hacernos con una tarjeta de sonido con un amplificador de gran potencia para alimentar unos auriculares intraurales comunes no suele ser una buena idea, por poner un ejemplo sencillo.

La mayoría de escritorios cuentan con un equipo de altavoces 2.0 o 2.1 que no requieren de alimentación adicional, o unos auriculares de baja potencia (la mayoría de auriculares para gaming podrían entrar en esta categoría). Pero si no es nuestro caso, comprueba la alimentación idónea para tu equipo y el número de entradas que necesitas antes de tomar una decisión.

Ten en cuenta las fortalezas de cada propuesta

Aunque hayamos diferenciado tarjetas de sonido internas, externa, e interfaces de audio, todas forman parte de la misma familia y del mismo componente. En esencia, todos son un conversor digital-analógico (DAC) con un amplificador (AMP) o pre-amplificador, pero cabe destacar en qué sobresalen cada uno:

  • Las tarjetas de sonido internas: destacan por el software compatible y por contar con una buena calidad en su DAC-AMP.
  • Las tarjetas de sonido externas: destacan por su versatilidad, facilidad y su capacidad de usarse junto a otros equipos.
  • Las interfaces de audio: están especialmente preparadas para la producción musical y sus características giran en torno a ello.
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Si te has decidido a prescindir del audio integrado en tu equipo; para nosotros, estas tres puntos constituyen las claves generales para hacerte con una tarjeta de sonido, funcionando como los cimientos sobre los que construir tu futura adquisición. Te ha servido nuestro tutorial de cómo elegir una tarjeta de sonido.

Manuel Buzón

Fan absoluto de todo lo que consista en pasar páginas, mirar pantallas o pulsar botones. Mi interés por trastear con cacharros no tiene cura, pero escribir me sirve de terapia.
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