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PC Gaming: características, consejos y como elegir cada pieza

Montar un PC gaming es la mejor opción para rentabilizar al máximo la inversión, adecuar el equipo a nuestras necesidades y lograr un ordenador que no quede totalmente obsoleto con los nuevos avances tecnológicos.

Por lo general, interesa que el equipo resultante pertenezca al menos a la gama media, los modelos muy baratos tienen demasiadas limitaciones y no salen rentables a medio y largo plazo. Por otro lado, si lo que se quiere es fiabilidad y pocos sobresaltos, interesa también prescindir de componentes de segunda mano, pues tienen una tasa de fallo mucho mayor.

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Aquellos que nunca han montado un PC pueden sentirse abrumados por la cantidad de información disponible en la red, tanto ellos como los usuarios con más experiencia seguramente agradezcan este artículo donde analizaremos los componentes más importantes, su rol y consejos para su selección a la hora de comprar un PC gaming.

Estructura básica del PC gaming

Los elementos más importantes en un PC gaming son los siguientes:

  • Unidad central de procesamiento (CPU)
  • Placa base (MOBO)
  • Tarjeta gráfica (GPU)
  • Memoria (RAM)
  • Unidades de almacenamiento (SSD, HDD o SSHD)
  • Tarjeta de red (NIC)
  • Sistema de refrigeración
  • Fuente de alimentación (PSU)
  • Torre o caja de PC
  • Periféricos (ratón, altavoces, pantalla, teclado, auriculares, etcétera)

En el mercado hay disponibles muchos modelos para cada una de estas piezas, por lo que el montaje del ordenador comienza por la comparación de cada uno de estos componentes y los pros y contras que aportan al sistema.

Unidad central de procesamiento o CPU

Se trata del elemento encargado de recibir, interpretar y gestionar las instrucciones procedentes de los demás componentes del sistema, por lo que su importancia es vital.

Además de las necesidades inmediatas del PC gaming que estemos montando, la CPU limita las posibilidades de mejora en el futuro, al formar un cuello de botella respecto a las prestaciones de tarjetas gráficas más modernas.

Por este motivo, si prevemos actualizar nuestra build con piezas más modernas durante la vida útil del ordenador, es buena idea sobredimensionar la CPU de forma que sea compatible con componentes lanzados más adelante.

Entre los amantes de la informática y gamers, este componente suele considerarse el segundo más relevante en todo el ordenador, solo por detrás de la GPU. Su aporte al rendimiento del equipo es incuestionable por lo tanto.

A la hora de seleccionar una CPU para nuestro PC gaming deberemos atender a las siguientes características:

  • Frecuencia de reloj. Cuantifica la velocidad a la que los transistores de la CPU cambian de estado y por tanto es una medida de la velocidad de procesamiento de instrucciones. Las unidades actuales se sitúan en el orden de los gigahercios.
  • Número de núcleos. Existen CPU de un solo núcleo y de múltiples núcleos. Los núcleos de una unidad central de procesamiento pueden repartirse las diferentes tareas activas en el sistema para desarrollarlas simultáneamente en paralelo.
  • Número de hilos. Su función básica es similar a la de los núcleos, pero mientras que estos funcionan como un subprocesador independiente, los hilos hacen las veces de un flujo de control de programa, en el que una tarea se divide a su vez en tareas que se pueden desarrollar de forma pseudoparalela. Por lo general cada núcleo tiene dos hilos (multihilo, multi-threaded, hyperthread o HT)

Dentro de una misma generación de CPU, estas especificaciones nos dan una idea clara del rendimiento. Esto no funciona, sin embargo, al comparar componentes con fechas de lanzamiento muy dispares, ya que aparte de estas características, subyacen mejoras en la arquitectura de los chips. Por lo general, los modelos más modernos son significativamente más eficientes.

Con lo dicho, qué CPU comprar es la verdadera cuestión. Todo depende de cuáles sean nuestras necesidades y el presupuesto que hayamos establecido:

  • CPU para PC gaming de gama muy alta. Dentro de este grupo encontramos los diferentes modelos de la serie AMD Ryzen Threadripper e Intel Core i9 X.
  • CPU para PC gaming de gama alta. Entran aquí las CPU AMD Ryzen 7 a tres gigahercios, y algunos modelos de las series Core i7 e i5 de Intel: del i7-9900k al i5-9700k.
  • CPU para PC gaming de gama media. En este segmento encontramos los procesadores AMD Ryzen 5 y ciertos modelos de las series Core i7, i5 e i3 de Intel (Inter Core i7-7800x y superiores, Intel Core i5-8400 y superiores, e Intel Core i3-8100 y superiores).
  • CPU para PC gaming de gama baja: Las CPU AMD Ryzen 3 y las APU, así como la mayoría de Intel Core i3, denominaciones muy bajas de i7 e i5, y Pentium G superiores al G4400, entran dentro de las CPU a considerar para ordenadores de muy bajo presupuesto.

Aparte de las diferencias evidentes según las especificaciones y fichas técnicas, merece la pena saber que los procesadores de AMD son mucho más rápidos y tienen mejores funciones multinúcleo, mientras que los de Intel son bastamente superiores en su funcionamiento mononúcleo.

Placa Base (MOBO o motherboard)

Tras seleccionar el corazón de nuestro ordenador, se hace necesario elegir una placa base que sea compatible. Por lo general habrá que consultar los catálogos de compañías como Gigabyte, ASUS, MSI, EVGA o ASRock, algunos de los fabricantes de mayor renombre en este mercado.

Y para tomar una decisión, las características en las que habrá que fijarse son:

  • Compatibilidad con overcloking. El overcloking es un procedimiento para aumentar la frecuencia del reloj de las CPU, memorias RAM y GPU, superando las características básicas dadas por el fabricante. Tiene sus pros y contras:
  • Aprovechar al máximo el potencial del componente
  • Permite poner componentes viejos al nivel de modelos más nuevos
  • Se elimina cualquier margen de seguridad
  • Riesgos tangibles por exceso de temperatura
  • Pérdida de garantía en aquellos componentes bloqueados

Por lo general, solo las placas base de gama alta vienen desbloqueadas de serie por el fabricante. Algunos ejemplos son las MOBO serie Z para procesadores de Intel, y modelos de las series B o X para CPU AMD.

  • Factor de forma. El tamaño de la placa base puede ser determinante a la hora de montar cada componente en la torre. Los tamaños más habituales son: ATX, MATX e ITX. A estos hay que añadir estándares como el Mini ITX, el Micro ATX, el E-ATX o el SSI EEB, y factores de forma MOBO no estandarizados como el XL-ATX y HPTX.
  • Conectividad. El número de puertos es variable y depende del tamaño y chip con el que la placa base venga equipado. El número de puertos PCI Express (2.0 y 3.0) varía entre un solo puerto y 24, los puertos SATA entre 4 y 6, los puertos M.2 pueden estar presentes o no (llegando a un máximo de 3), y en cuanto a las entradas USB 3.1 (primera y segunda generaciones), suelen incluirse al menos 4, pero en los modelos más completos llegan hasta 10. Los puertos PCI son especialmente importantes para conectar elementos como la tarjeta de red, la GPU, expansiones para puertos USB y más.
  • Memoria. Es determinante para el buen funcionamiento del PC gaming que no haya incompatibilidades entre la placa base y la memoria. Para ello hay que prestar especial atención a las siguientes características:
    • Máxima memoria soportada
    • Velocidad de la memoria
    • Compatibilidad o soporte multicanal
    • Número de ranuras de memoria (slots)
    • Posición de la memoria en la torre (si se encuentra cerca de la CPU puede observarse una reducción del rendimiento a causa del calor disipado del procesador)
  • Número de tomas eléctricas. Se relaciona directamente con el número de componentes que se vayan a conectar a la placa base (además de los componentes imprescindibles, elementos como ventiladores, controladores RGB y similares).

Cabe apuntar que cada procesador tiene un tipo de enchufe diferente, para Intel se tienen conectores LGA2066, LGA2011-3, LGA1150, LGA1151, LGA1155, LGA1156, BGA1364 y otros ya casi obsoletos, mientras que en AMD podemos encontrar AM2+, AM3, AM·+, AM4, TR4 y otras opciones más antiguas. La colocación de un conector en un enchufe de diferente denominación puede provocar daños terminales en el componente.

Finalmente, algunas otras características que pudieran ser de interés son:

  • Presencia de puertos Thunderbolt 3
  • Reportes de sobretensiones DIMM
  • Opciones de configuración para sistemas de refrigeración e iluminación
  • Presencia de tarjeta de red Wi-Fi integrada

Tarjeta gráfica (GPU)

Aunque en puridad GPU son las siglas de la unidad de procesamiento gráfico (el chip que da vida a la tarjeta gráfica), en la actualidad el término atiende a los dos significados, el de GPU estrictamente hablando y el de tarjeta gráfica.

La GPU es el componente con el que más familiarizados están los gamers ya que de su funcionamiento depende en gran medida el rendimiento observado durante las partidas. Se considera el elemento que más aporta al conjunto del PC gaming, por lo que su adecuada selección es determinante.

El cometido de la GPU es renderizar las imágenes que llegan a la pantalla, con las características de vídeo y relación de pantalla especificadas por el usuario. A mayores exigencias de resolución, cuadros por segundo, estabilidad, elementos renderizados o iluminados en tiempo real y similares peticiones, mejor tendrá que ser la tarjeta gráfica.

Las especificaciones más importantes para seleccionar una buena GPU que se adecúe al uso que se la va a dar en el PC gaming son:

  • Frecuencia de reloj. Tiene la misma función que en los procesadores. Da una indicación sobre la velocidad con la que interpreta y genera la información visual, aunque es menos significativa que en las CPU. Solo debería valer como características decisiva cuando se comparan dos tarjetas de la misma serie.
  • VRAM o Video RAM.  La memoria gráfica de acceso aleatorio es un tipo de memoria RAM especializada en la transmisión de información visual. Una de sus características más importantes es que puede accederse a estos datos desde dos dispositivos al mismo tiempo (motivo por el cual se conoce a menudo como dual-ported). Existen varios estándares, pero para un PC gaming los interesantes son GDDR5 y superiores (GDDR5X, GDDR6), o las HBM y HBM2 (con mayores anchos de banda y capacidad de apilado, pero menores frecuencias de reloj y compatibilidad). En cuanto a la cantidad de memoria necesaria, dos gigabytes nos encara a rendimientos aceptables a 1080p, cuatro gigabytes es adecuado para alta definición y 1440p, mientras que con seis gigabytes entramos en el dominio de la gama alta diseñada para VR, 4K y 1440p a alta definición.
  • Tamaño. Las tarjetas gráficas de mayores dimensiones suelen presentar mejores características de refrigeración y menores emisiones en forma de ruido. No obstante, muchas de las cajas para PC disponibles hoy en el mercado son demasiado pequeñas para albergar las GPU más grandes. Los elementos de refrigeración integrados pueden ocupar tanto espacio que bloqueen uno o más puertos en la placa base, especialmente cuando se usan factores de forma pequeños para MOBA (mini y micro). Con el tamaño hay que considerar también el peso, que puede someter las conexiones físicas (PCI Express) a esfuerzos adicionales, los cuales, con el tiempo, podrían derivar en problemas de contacto o avería. Para pesos notablemente superiores al kilogramo se recomienda el uso abrazaderas de soporte para tarjetas gráficas.
  • Conectividad. De serie, es raro que las GPU no incluyan al menos un DisplayPort y una conexión HDMI. Si se necesitan más salidas de este tipo, o de otros formatos como DVI-D (para monitores antiguos), es necesario asegurarse de antemano de que la GPU tenga tales conexiones.
  • Consumo. La GPU es uno de los elementos con mayor demanda energética en el ordenador. La alimentación puede realizarse a través de uno o más conectores PEG de ocho pines, y no todas las fuentes de alimentación están dotadas de múltiples PEG. La compatibilidad con la PSU y el gasto energético del PC gaming en conjunto han de tenerse en cuenta a la hora de decantarse por una tarjeta u otra.
  • Ancho de banda del bus de memoria. Se emplean dos metodologías, siendo la mejor opción un punto intermedio entre las dos:
    • Ancho de banda grande y baja velocidades. Se accede a grandes volúmenes de memoria, pero los intervalos entre los accesos a memoria son dilatados.
    • Ancho de banda menor con mayores velocidades. Tiene las características opuestas al punto anterior.

En la actualidad interesan mayores velocidades ya que el ancho de banda no es determinante salvo que se empleen monitores de resolución 2560 x 1600 o superiores.

  • Compatibilidad SLI. El SLI o Scalable Link Interface es un algoritmo empleado en los procesos gráficos que permite la conexión de dos o más tarjetas gráficas de forma que su rendimiento aumenta.

El surtido de opciones en el mercado de GPU es muy grande. Las dos marcas más famosas son Nvidia y AMD. Dependiendo de las prestaciones de la GPU podemos establecer una jerarquía tecnológica, que se corresponde lógicamente con los diferentes segmentos de mercado.

  • GPU para PC gaming de gama muy alta. Encontramos aquí los modelos con ray-tracing recién aparecidos en el mercado, así como las tarjetas más potentes de la generación anterior; a saber: la familia RTX 2080, RTX 2070 y GeForce GTX 1080 de Nvidia, las Nvidia Titan RTX, V y X, así como la Radeon VII de AMD.
  • GPU para PC gaming de gama alta. Se tienen aquí modelos inferiores de los catálogos de AMD y Nvidia como puedan ser la GeForce RTX 1070, GeForce RTX 1660 y GeForce RTX 1060 (versiones básicas y Ti) de esta última casa; o la Radeon RX Vega 64, Radeon RX Vega 56, Radeon RX 590 y Radeon RX 580 de AMD.
  • GPU para PC gaming de gama media. Por debajo de las series Nvidia GeForce RTX 1050 y AMD Radeon RX 570, y dentro de los modelos de la generación anterior, podemos encontrar gráficas con prestaciones aceptables y precios muy bajos.
  • GPU para PC gaming de gama baja. Hablamos de hardware fechado con más de una generación de antigüedad, como por ejemplo las gamas GT, GTS, GSO y denominaciones por debajo de la 1000 de la GTX para Nvidia, y las gamas R9, R7, HD y X de AMD.

Memoria RAM

La memoria de acceso aleatorio es el tercer componente en importancia en un PC gaming. De este elemento depende el rendimiento de la CPU.

Las características de mayor relevancia a la hora de elegir son:

  • Número de canales. La memoria RAM de un solo canal formará un cuello de botella en el procesador. Por ello se suele descartar salvo que no quede más remedio. Las memorias multicanal pueden ser de dos o cuatro canales. Aunque su efecto no es tan notable durante la partida, ayudan a que muchas otras tareas susceptibles de estar ejecutándose al mismo tiempo (grabación de vídeo, telecomunicaciones, retransmisión en directo, renderizado en tiempo real) sean realizadas sin problema.
  • Velocidad. Una mayor velocidad de la RAM siempre es deseable, pero lejos de ser una especificación sencilla de comprender y usar, la velocidad de la RAM depende a su vez de varios factores:
    • Frecuencia de reloj. Como en otros casos tratados en secciones anteriores, informa de la velocidad de procesado de las órdenes recibidas.
    • Latencia CAS (Column Access Strobe) o CL. Mide el retraso entre la llegada de un comando y la emisión del mismo en la RAM. Es un factor muy importante, pues puede prevalecer sobre la frecuencia de reloj.
    • Número de instrucciones por segundo. Es el ratio entre la frecuencia de reloj y el primer número en la cadena CAS. Este es el verdadero valor de la velocidad de la memoria. Cuanto mayor sea el resultado, más rápida será la memoria.
    • Overcloking. A menudo es posible acelerar el rendimiento de la memoria a través de la BIOS de la placa base.

Es recomendable que si se emplean varias unidades de memoria RAM en el PC gaming, todas ellas tengan métricas de velocidad real similares. Pueden aparecer leves incompatibilidades en caso contrario.

  • Ancho de banda. Indica cuál es el volumen máximo de memoria que se puede emitir en cada instante.
  • Capacidad. La cantidad de memoria RAM disponible es la especificación que mayor efecto tiene sobre el sistema. El mínimo absoluto en un montaje gaming está en la actualidad en los 4 megabytes. Para poder jugar a los títulos más exigentes que han llegado al mercado últimamente ya necesitamos unos 8 gigabytes. El punto perfecto se encuentra en los 16 gigabytes, algunos analistas opinan que con tal cantidad estamos cubiertos al menos durante el próximo lustro en lo que a requerimientos de memoria por parte de los lanzamientos triple AAA se refiere. Capacidades superiores (32 y 64 gigabytes) quedan relegadas a aplicaciones orientadas a la productividad más que al gaming.
  • Estándar de memoria. La memoria SDRAM DDR3 ya no merece la pena. En PC gaming actuales imperan los diversos estándares DDR4 (1600, 1866, 2133, 2400 y 2666) que resultan mucho más veloces. La aparición de la DDR5 es inminente, se espera a comienzos de 2020 y será la nueva elección predeterminada para los ordenadores de muy altas prestaciones (doble de rápida y hasta 128 gigabytes de memoria).

Unidades de almacenamiento (SSD, SSHD o disco duro / HDD)

Las unidades de almacenamiento de conexión directa ocupan las bahías de disco libres en la torre. La cantidad de unidades que es posible instalar limita el espacio disponible en memoria salvo que se opte por utilizar dispositivos DAS, NAS y SAN.

Las diferencias fundamentales entre SSD y HHD derivan de la tecnología empleada. Mientras que en el disco duro tradicional hay un rotor, un disco magnético y una aguja lectora, el SSD se basa en memoria flash sin partes móviles. El SSD es mucho más rápido, pero no puede contener volúmenes de información tan grandes como los HDD. Otra ventaja de las unidades de estado sólido es que no tienen elementos móviles; por ende, consumen menos electricidad, generan menos ruidos, hacen gala de una mayor durabilidad y presentan menores disipaciones de calor residual. La gran desventaja es que su precio es superior.

Para un PC gaming en la que la comodidad al encender el ordenador y la velocidad en iniciar el juego son aspectos importantes, merece la pena un SSD que permita instalar al menos el sistema operativo. Por supuesto, mejor aún es si se pueden colocar en él los archivos y ejecutables del título al que estemos jugando.

Para mantener una gran librería de juegos lo mejor es contar con un buen número de discos duros. Los de 12 terabytes están a la orden del día, pero pronto empezarán a generalizarse los modelos de 16 Tb.

Si se opta por soluciones para datahoarding externas al ordenador, entonces la crème de la crème es optar por una unidad de expansión DAS de SSD con alta velocidad de transferencia de información. Un sistema como este puede ser muy interesante para aquellos que realicen grabaciones o retransmisiones de sus partidas. Para el resto de usuarios resulta, sin duda, overkill.

Tarjeta de red (NIC / RJ45)

Una mala tarjeta de red puede introducir latencias indeseadas en la conexión. Elegir una placa base que integre la NIC reduce las posibilidades de personalización y de actuación sobre este tipo de supuestos. En cualquier caso, el ping observado durante las partidas no suele ser reducible mediante una mejor tarjeta de red. Las únicas instancias en las que esto es así son:

  • Cuando existen latencias superiores a un milisegundo entre el equipo y el enrutador
  • Cuando existen latencias superiores a 10 milisegundos entre el enrutador y el primer router del ISP
  • Cuando la conexión esté siendo saturada
  • Cuando se detecten variaciones diarias en la latencia (competición de recursos en los canales preestablecidos)

La tarjeta de red ha de elegirse de tal manera que se aproveche plenamente la conexión a internet disponible. Para velocidades por encima de los 100 megabits por segundo resulta necesario el uso de PCIe Gigabit Ethernet, y con velocidades por encima del Gb/s, las tarjetas 10GbE se tornan en una necesidad.

Sistema de refrigeración

Lo más sencillo es decantarse por el uso de ventiladores. Su número, sin embargo, dependerá de una plétora de condiciones concretas que impide realizar recomendaciones generales. Algunas de las cuestiones a tener en consideración al enfrentarse a este problema son:

  • Presencia y cantidad de partículas en suspensión en el habitáculo. Si la atmósfera donde se encuentra el PC gaming está sucia es preferible usar un solo ventilador y realizar limpiezas periódicas.
  • Temperaturas medias de la localidad y de la estancia. Las condiciones térmicas no son ni parecidas a lo largo de las estaciones, y mucho menos considerando lugares geográficos alejados. Conocer cuáles son las temperaturas extremas en nuestra zona (especialmente las máximas) ayudará a dimensionar mejor este problema.
  • Consumo del hardware. A mayor consumo corresponde una mayor cantidad de ventiladores para que el flujo de aire sea capaz de evacuar el calor disipado.
  • Porcentaje de uso de la CPU y GPU. Si se exige todo el potencial al procesador y a la tarjeta gráfica, las temperaturas en estos elementos pueden aproximarse a los 100 grados centígrados. Si por el contrario el PC gaming está sobredimensionado, la temperatura estará acotada mucho más abajo. Según sea el caso, harán falta más o menos ventiladores.
  • Overclocking. Directamente relacionado con el punto anterior. Si se le solicita un rendimiento por encima de su capacidad nominal a los elementos de hardware es lógico pensar que existirán sobrecalentamientos.
  • Diseño de los elementos de hardware. Algunos diseños son más eficientes que otros a la hora de reubicar las masas de aire caliente, esto es especialmente cierto para las GPU. Las cubiertas corrugadas, radiadas, dotadas de pliegues y aperturas son más eficientes en la transmisión térmica que las envolventes cerradas lisas.

Por lo general, la mayoría de soluciones para PC gaming requerirán dos o tres ventiladores. Este número puede ser mucho mayor, no obstante.

Si el empleo de ventiladores resulta muy farragoso, la refrigeración líquida tiene sus ventajas. Por un lado es mucho más eficiente y silenciosa. A cambio de estos dos pros, nos enfrentamos a una desventaja muy peligrosa: una mala instalación puede mandar al traste todo el equipo por fugas o roturas del circuito refrigerante. Una solución poco recomendable para los novatos.

Fuente de alimentación (PSU)

Corsair AX850

La elección de la fuente de alimentación es realmente sencilla. Tan solo tenemos que considerar cuál es el consumo de todos los demás elementos conectados al ordenador y elegir un modelo que se adecúe a nuestras necesidades. En este punto conviene recordar que si se realiza overclocking en los componentes, estos aumentarán su consumo.

Para ello habrá que garantizar que el SKU elegido dispone de suficientes tomas PEG, y que el número de pines de las mismas coincide con los elementos de hardware que se van a conectar allí.

Merece la pena mantenerse al margen de marcas desconocidas que ofrecen precios increíbles ya que a muy a menudo se trata de PSU con mal control de voltaje y poca fiabilidad, lo cual puede poner en peligro el resto del sistema. Es mejor confiar en el buen hacer de casas como Corsair, EVGA o SeaSonic cuando se trata de PSU.

La eficiencia del componente es otro de los factores a investigar. Cuanto mayor sea esta, más se ceñirá el consumo real al nominal de los componentes y menores serán las pérdidas por disipación de calor.

Torre o caja para PC

Seleccionar la caja para PC es muy sencillo. Hay que partir del factor de forma de la placa base y ver si las dimensiones de la torre asociada son suficientes para albergar el resto de complementos.

En la elección de la torre también juega un papel muy importante el diseño de la envolvente. Son preferibles las soluciones con rejillas o aperturas que faciliten el paso de las corrientes de aire impulsadas por los ventiladores.

La estética también tiene su hueco en este apartado, pero para optimizar los resultados, debería estar supeditada a las necesidades técnicas de la build.

Periféricos diversos

La ergonomía y la latencia en los inputs son las consideraciones prioritarias al seleccionar periféricos como el teclado o el ratón, más aún cuando se está seleccionando un PC gaming para su uso en el escenario competitivo.

Los teclados mecánicos son mucho más caros, pero también son más fiables y personalizables. Lo mismo ocurre con los ratones gaming, que vienen equipados de serie con numerosos botones adicionales y software que permite configurar todo tipo de detalles que harán nuestra vida más sencilla en los videojuegos competitivos.

Si nos podemos permitir completar el ordenador con un monitor de alta calidad, daremos preferencia primero a los modelos con elevadas velocidades de refresco: los monitores de 144 fps ofrecen una fluidez de imagen incomparable. En caso de que no sea posible, la opción básica para aplicaciones gaming son las pantallas 1080p60. Los monitores 1440p y 4K a mayores velocidades de refresco quedan para el espectro high-end. La latencia es otro aspecto a tener en cuenta al elegir pantalla, los modelos gaming suelen tener un aporte mínimo a este tipo de lag.

Finalmente, para bordar el gaming rig, los auriculares de diadema para audiofilia con micrófono integrado ofrecen una magnífica solución al apartado del audio.

Palabras finales y conclusión acerca del PC Gaming

El montaje de un PC gaming es un proceso laborioso en el que la paciencia brilla como una virtud. Para obtener un resultado satisfactorio hay que tomarse el tiempo que sea necesario para investigar y comparar los diferentes elementos existentes en el mercado.

Esperamos que este artículo os sirva como base de consulta para crear vuestro propio equipo gaming.

Alejandro A. Lázaro

Ingeniero Industrial, escritor y traductor. Cuando sus manos no bailan sobre el teclado, empuñan un cazamariposas en algún valle recóndito. Propietario de Geometra Conservancy, iniciativa verde para la conservación de la naturaleza y protección de la biodiversidad. Sus contribuciones escritas versan sobre innovaciones tecnológicas, mercadotecnia digital, gastronomía, sostenibilidad y biodiversidad.
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