El exdirector ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, ha hablado por primera vez sobre su sorpresiva salida de la compañía, revelando que la decisión de abandonar el cargo no fue voluntaria, sino impuesta por “fuerzas externas”.
Intel y el legado inconcluso de Pat Gelsinger, el exdirectivo acusa a «fuerzas externas»
Durante su participación en la conferencia Playground Global en Tokio, el veterano de la industria tecnológica dejó entrever tensiones internas y desacuerdos con la dirección de la compañía.
Una visión interrumpida, según Gelsinger
Gelsinger, quien lideró a Intel durante más de cuatro años, fue una figura clave en el intento de revitalizar al conocido “Team Blue” con su ambiciosa estrategia IDM 2.0. Esta hoja de ruta pretendía reposicionar a Intel como un competidor de peso en el mercado de fundiciones, integrando capacidades internas con servicios externos, y desafiando eventualmente a gigantes como TSMC. Sin embargo, los resultados no cumplieron las expectativas.
“La decisión de dejar Intel fue extremadamente difícil. Quería terminar lo que empecé, pero como saben, no me dieron la oportunidad”, declaró Gelsinger, unas palabras que resuenan como una despedida agridulce.
Aunque no mencionó nombres, Gelsinger dejó entrever que la decisión fue impuesta por un “tercero”, y diversos reportes apuntan a que se trataría de la misma junta directiva. Esta posible discrepancia se habría originado por el rumbo y desempeño de la división de fundición (Intel Foundry), que bajo su mandato acumuló pérdidas millonarias y careció de tracción real en el mercado. La estrategia “5N4Y” resultó ambiciosa pero inconsistente: varios nodos se lanzaron sin lograr atraer clientes más allá del uso interno.
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Recién ahora con el nodo 18A parece que Intel está logrando su objetivo de atraer clientes, pero lo hará sin su principal impulsor al frente.
Un nuevo capítulo con Lip-Bu Tan
Con Lip-Bu Tan como nuevo CEO, Intel se prepara para una reorganización estructural. La empresa apuesta ahora por recortes de personal, una mayor dependencia de fundiciones externas, y un viraje estratégico en su enfoque comercial. Todo esto mientras se alista la producción en masa del esperado nodo 18A, que, irónicamente, representa el legado que Gelsinger no pudo ver consolidado.
Intel ya ha dado vuelta la página, pero las declaraciones de Gelsinger dejan claro que el capítulo aún no está del todo cerrado. Os mantendremos informados.
