A la hora de hacer una buena inversión en un ordenador, muchos usuarios no se preocupan demasiado en su refrigeración y en cómo se disipa el calor que genera el procesador, dejándolo en la mayoría de las ocasiones con el disipador de serie para ahorrar costes. Esto puede ser una solución para salir del paso, pero no es una opción demasiado recomendable a la larga.
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El clásico disipador de serie de un procesador
Los disipadores que vienen con la compra de un procesador Intel son de una calidad muy baja que apenas tiene lo necesario para disipar el calor y que el procesador funcione correctamente. Pero al utilizar materiales económicos, son ruidosos y no disipan todo ese calor que deberían, sobretodo en verano, donde las temperaturas suelen estar 12 a 15 grados por encima de lo normal o más.
Aquí es donde entramos en terreno peligroso, si las temperaturas suben demasiado, el procesador puede tener un thermal throttling, esto nos daría un pantallazo azul y el ordenador se apagaría o directamente se reiniciaría sin aviso como protección.
Mientras que AMD lo ha hecho bastante mejor con sus nuevos disipadores para AMD Ryzen 3, 5 y 7, que aunque no permita hacer overclock de alto rendimiento si que disipa bastante bien en frecuencias de fábrica. Ya hemos visto muchos usuarios con un AMD Ryzen 5 1600 con frecuencia de 3.7 GHz con el disipador de serie y unas temperaturas aceptables.
Comparativa de un i5 con un disipador de serie
Los chicos de Linus Tech Tips hicieron en 2015 una comparativa de un i5 cuarta generación en varias frecuencias y situaciones. En el gráfico podemos ver un ejemplo de un procesador i5-4690K con un disipador de serie a velocidad de stock, alcanzando los 76 grados con el procesador a máxima potencia, y que roza claramente el límite de temperatura operativa de este procesador, pero en condiciones normales debería alcanzar los 90 grados (tendrían un muy buena CPU, vamos se la dieron Intel de sus mejores chips).
[irp posts=»37866″]Mientras que vemos que con un Cooler Master Hyper T4 alcanza los 63 grados y que con una refrigeración compacta de doble radiador (240 mm de superficie) se queda en unos fantásticos 47 grados. En este gráfica se puede ver que existe una diferente de hasta -25 ºC usando una buena refrigeración. Si seguís viendo el vídeo, podéis apreciar una baja eficiencia cuando se le aplica un ligero overclock a +4 GHz…
¿Comprar un disipador? La opción que recomendamos
Actualmente hay una gran variedad de disipadores de terceras marcas que pueden costar entre 30 euros a 60 euros. Por ejemplo el Arctic Freezer 33 Plus o cualquier disipador de la marca Austriaca Noctua se adaptan tanto para plataformas Intel como para AMD (En noctua son terminados en SE-AM4). Y es que otro de los beneficios de comprar un disipador de gama media, es que nos permite un mayor margen para realizar overclocking y una mayor longevidad para nuestro querido procesador. Aunque si tienes espacio en tu chasis y tu bolsillo lo permite te recomendamos un Water Cooler.
Refrigeración liquida importante para overclockear
Creemos que optar por la refrigeración líquida solo sería recomendable en caso de que quieras realizar un overclock muy generoso a tu procesador o ya sabes de por si que necesita disipar mucha calor (caso de los i9 de Intel: Skylake-X). Como hemos visto en la gráfica las temperaturas que se pueden conseguir con la refrigeración líquida son aún más bajas que la refrigeración por aire, pero también es un sistema de refrigeración más caro. Actualmente se puede conseguir un kit básico de refrigeración líquida por unos 60 y se puede ver hasta los 130 euros fácilmente. ¿Sigues teniendo dudas? Podéis ampliar más información en nuestra guía de refrigeración por aire y líquida.
[irp posts=»5414″]Espero que este articulo les haya sido de utilidad y si preguntar todo lo que necesitéis saber. ¡Gracias por la lectura!
