El gigante surcoreano de la tecnología, Samsung, ha anunciado un nuevo equipo de liderazgo que estará compuesto por tres nuevos co-CEOs. Estos nuevos CEOs de la compañía, Kim Ki-nam, Kim Hyun-suk y Koh Dong-jin, sustituirán al actual CEO de Samsung Electronics, Kwon Oh-hyun, quien anunció de forma inesperada a comienzos de octubre su intención de renunciar al cargo argumentando que la compañía necesitaba un nuevo liderazgo para un período de «crisis sin precedentes».
Las tres cabezas de Samsung
Cada uno de los nuevos co-CEO será el responsable de un área de negocio predefinida. En este sentido, Kim Ki-nam se encargará de dirigir el negocio de componentes, mientras que sobre Kim Hyun-suk recaerá la responsabilidad de revisar el negocio de electrónica de consumo y finalmente, el cada vez más popular DJ Koh (Koh Dong-jin) estará a cargo de la tecnología móvil y de tecnologías de la información (TI).
Koh es una figura muy popular, fácilmente reconocible por todo aquel que haya visto los anuncios de nuevos teléfonos de la compañía durante los últimos años. De hecho, DJ Koh ha sido el líder de facto de la división móvil desde 2015 y ahora asumirá el cargo de manera oficial. Bajo su administración, la división móvil ha alcanzado máximos como el lanzamiento del Galaxy S7, pero también la gran debacle del Galaxy Note 7.
La noticia de la reorganización del liderazgo de la compañía se produce justo cuando Samsung ha hecho públicos sus resultados financieros referidos al tercer trimestre de 2017 en el que la empresa ha logrado más de 13.000 millones de dólares de beneficios correspondientes a 55.400 millones en ingresos. Así, las ganancias de este trimestre suponen un nuevo récord de Samsung.
[irp]A pesar de la crisis del Galaxy Note 7, la compañía ha demostrado ser capaz de recuperarse rápidamente con el lanzamiento del Samsung Galaxy S8 y del Galaxy S8 Plus, seguidos del Galaxy Note 8. Pero además, también el resto de la compañía ha demostrado su fortaleza pues el principal impulsor de las ganancias récord de este trimestre es el negocio de los semiconductores, cuyas ganancias se dispararon casi un 200% gracias a una fuerte demanda no sólo para sus propios dispositivos móviles, sino también para rivales como Apple.
