El término «hackathon» probablemente lo habréis escuchado alguna que otra vez en tiempos recientes, aunque probablemente muchos de vosotros no tengáis claro su significado u orígenes. Es por ello que hoy en Profesional Review nos vamos a adentrar en este mundillo y proceder a explicar qué es y en qué consiste un hackathon. ¡Vamos allá!
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Orígenes del término
Se estima que la aparición del término fue a finales de la década de los noventa, específicamente en junio de 1999. En estos años los desarrolladores de OpenBSD (un sistema operativo fuertemente orientado a la seguridad y portabilidad) y Sun Microsystem (responsable de joyas como Java, OpenOffice y Solaris) acuñaron el término de manera casi simultánea para referirse a:
- OpenBSD: lo utilizó para un evento criptográfico de desarrolladores organizado para evitar problemas legales causados por regulaciones de exportación de SW en los Estados Unidos.
- SUN Microsystem: se refirió como hackathon a un evento de programación con JavaOne.
Las referencias empleadas (hacker y maratón, marathon en inglés) indican conceptos de programación, código y resultados a corto plazo tras una sesión (o jornadas e incluso semanas) de intenso trabajo.
Qué es un hackathon
En sus orígenes consistía en una reunión de programadores con un proyecto común, ya fuera basado en software o hardware. Para la comunidad de hackers tiene la misma función, aunque hoy día no sólo se trata de encuentros para desarrollar programas de forma conjunta sino también un método para intercambiar ideas, colaborar en proyectos de otros usuarios y aprender protocolos o sistemas nuevos.
Siendo estrictos no suelen existir normas fijas sobre el desarrollo de una hackathon, aunque sí es cierto que si se crea con un objetivo específico suele haber una intencionalidad en el lenguaje de programación a utilizar en los casos de que la cita sea para desarrollar de forma comunitaria un programa viable. Ya sea un sistema operativo, aplicaciones, APIs o software como tal, el desarrollo comunitario tiene como consecuencia que todos los participantes se encuentren en el mismo escalafón sin que necesariamente exista una «jerarquía» con cargos de responsabilidad.
En qué consiste
El método de trabajo en una hackathon puede resultar similar en montaje a las llamadas LAN Partys: el equipo al completo instala sus ordenadores en una zona común. Generalmente suelen compartir una misma red de área local, ya sea vía wifi o alámbrica. Esta última permite (de ser necesario) intercambiar datos de forma más rápida, aunque los ordenadores no tienen por qué estar conectados entre sí.
Lejos de lo que pueda parecer no son sólo programadores los que pueden participar en un hackathon empresarial: analistas de datos, creativos o diseñadores también pueden formar parte de la plantilla (aunque la composición varía según el tipo de proyecto).
Hecha la instalación, cada colaborador comienza a trabajar o bien en aspectos específicos del proyecto a nivel individual o colaborando en equipos de menor tamaño a la hora de abordar los diversos aspectos a gestionar. El tiempo invertido en esta etapa es variable, pudiendo oscilar entre algunos días (36h de base) o varias semanas. También es común agregar a las mecánicas de trabajo que buscan resultados casi inmediatos establecer un límite de tiempo a la hora de solucionar problemas para agregar un extra de competitividad.
Terminado el plazo, el equipo al completo se reúne y los avances realizados son expuestos en una mesa redonda. En esta etapa se suele también realizar una criba, buscando las alternativas más óptimas e incluso fusionando soluciones aportadas por varios usuarios. Si se trata de proyectos individuales, es aquí donde se escoge al ganador.
¿Quién utiliza hackathon?
Aunque a primera vista suene a un evento suburbano propio de entornos relacionados con teorías de la conspiración, Anonymus o una serie de televisión al más puro estilo Mr. Robot, cualquier empresa puede organizar un hackathon como un método de trabajo alternativo. Grandes multinacionales como Facebook, Google e incluso la propia NASA han recurrido en alguna ocasión a esta dinámica de trabajo.
Por otro lado, la propia organización de un hackathon con un proyecto en común ha dado como resultado el nacimiento de nuevas empresas. Generalmente su organización suele implicar normas respecto a la duración, movilidad de los participantes (para abandonar el campamento en periodos de descanso), remuneración económica (de haberla), suministro de comida y bebida así como un área de descanso. Todo ello respaldado por una buena conexión a internet, claro.
[irp]Conclusiones sobre el hackathon
A pesar de las connotaciones claramente negativas que el término hackathon puede tomar en la actualidad, lo cierto es que si lo consideramos objetivamente como un sistema de trabajo entre participantes con capacidades similares resulta un método notablemente participativo y funcional.
Reunir un equipo en que cada programador pueda ofrecer soluciones o enfoques diferentes a un proyecto común favorece un método de trabajo en que la colaboración y el intercambio de ideas sienta las bases para un producto final lo más depurado posible.
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Evidentemente en un hackathon también hay cabida a las discrepancias con respecto a la aproximación y soluciones técnicas, aunque su sistema de trabajo horizontal ha demostrado ser muy eficaz dado que favorece una resolución de conflictos basada en las opciones más funcionales en lugar de aquella que pueda preferir el responsable con un cargo mayor.
Para muchos tecnófilos y picadores de código, un hackathon es una de las mejores demostraciones de lo que una colaboración en línea puede aportar a un proyecto conjunto. Aunque, ¿cómo lo veis vosotros? ¿Os gustaría participar en una mecánica de trabajo similar? Contadnos vuestra opinión en los comentarios.
