La interfaz USB 3.1 ya está con nosotros, sin embargo mucha gente aún no es consciente d elos avances que supone este nuevo estándar frente al anterior USB 3.0 por lo que hemos elaborado esta artículo para presentaros todas las mejoras.
Ante todo retrocompatibilidad
A pesar de la llegada de USB 3.1, siguen siendo muchos los dispositivos que aún funcionan con USB 3.0 e incluso 2.0 y pasará mucho tiempo hasta que veamos un conector USB 3.1 en todo. Por ello sería un error que los nuevos puertos USB 3.1 de nuestros ordenadores no pudieran alojar los gadgets con conectores más antiguos. Los responsables de la interfaz USB son conscientes de ello y por ello los puertos USB 3.1 de nuestros ordenadores serán perfectamente compatibles con los dispositivos que tengan un conector USB 3.0 o USB 2.0, nada que rerprochar en este aspecto.
Mayor velocidad y mejor gestión de energía
La llegada de USB 3.0 al mercado supuso un importante incremento en ancho de banda frente al anterior USB 2.0, de esta manera se llegaron a alcanzar tasas de transferencia teóricas máximas de 5 Gbps (640 MB/s), una cifra absolutamente mayor que la ofrecida por USB 2.0 pero que aún así no era ni es la más alta del mercado.
La interfaz Thunderbolt de Intel debutó en 2011 con una tasa de transferencia de 10 Gbps, el doble que USB 3.0, que además se duplicó hasta 20 Gbps en su segunda revisión llamada «Falcon Ridge». Por si no hay suficiente, Thunderbolt permite transferir tanto datos como vídeo además de poder encadenar dispositivos siendo un conector con más versatilidad aunque su adopción haya sido mucho menor.
USB 3.1 iguala la tasa de transferencia teórica máxima de 10 Gbps que tenía la primera versión de Thunderbolt, aún sigue lejos de «Falcon Ridge» pero en realidad hay muy pocos dispositivos capaces de aprovechar semejante tasa de transferencia por lo que en la práctica ambos ofrecerán un rendimiento muy similar y suficiente.
No todo es velocidad y USB 3.1 lo sabe muy bien ( bueno, en realidad son sus creadores los que lo saben) así que la gestión de la energía también se ha visto muy mejorada. La nueva interfaz requiere menos energía que su predecesora para su funcionamiento, la eficiencia energética está tomando mucha importancia en los tiempos que corren, y además es capaz de entregar más potencia a los dispositivos conectados.
USB 3.1 es capaz de entregar hasta 100W de potencia eléctrica gracias a sus 5 amperios y sus 20 voltios máximos, un avance enorme comparado con los 4,5W que es capaz de entregar USB 3.0. Con ello se abre la posibilidad de alimentar monitores y otros gadgets sin necesidad de conectarlos a la red eléctrica.
Se acaba quedarse mirando el conector para ponerlo bien
¿Cual es el ritual inicial a la hora de conectar un cable USB 2.0 o USB 3.0 al puerto del ordenador? antes que nada coges el cable y miras el conector para orientarlo correctamente ¿A que sí? Pues esto se acaba, al menos parcialmente.
Con USB 3.1 tenemos dos tipos de conectores diferentes, uno llamado USB 3.1 Type-A que es visualmente idéntico a las versiones anteriores, si te lo ponen delante y no te dicen nada seguro que lo confundes con un USB 3.0.
El otro es el USB 3.1 Type-C y tiene la particularidad de que es completamente simétrico de manera que puede conectarse al puerto correspondiente con cualquier orientación, se acabó quedarse mirando el conector para ponerlo bien. Estarás pensando que alguna pega tiene que tener… pues sí, antes hemos dicho que USB 3.1 es retrocompatibe ¿Te acuerdas? Pues esto solo sucede con la especificación USB 3.1 Type-A, El conector USB 3.1 Type-C es físicamente diferente y por tanto su puerto del ordenador también lo es por lo que no servirá para las versiones anteriores.
