Ahora que ya conocemos más en detalle las nuevas apuestas telefónicas de Apple para el curso 2017/2018, es el momento de elegir, y aunque lo más «lógico» podría ser decantarse por cualquiera de los dos nuevos smartphones, el iPhone 8 o el iPhone X, yo he decidido cambiar al iPhone 7 Plus. Así que si te interesa saber por qué, continúa leyendo.
Entre excesos y mejoras, la opción más razonable
Hace algo más de tres años que contaba con un iPhone 6 Plus, y no tenía pensado cambiar mi smartphone sin embargo, tres años son muchos años, y aunque el terminal continuaba funcionando de lujo (incluso con las betas de iOS 11), va perdiendo valor y ya estaba fuera de garantía, un riesgo para un terminal de precio tan elevado. Así que, decidí cambiar.
Mis opciones eran tres: iPhone 8 Plus, iPhone X o iPhone 7 Plus; ya no contemplo smartphones con pantallas de menos de 5,5 pulgadas así que, por ese mismo motivo, queda descartado cualquier otro modelo por mi parte.
Rápidamente, el iPhone 8 Plus quedo descartado. Esto es lo que viene siendo «mismo perro con distinto collar». El iPhone 8 bien podría denominarse iPhone 7s, y no pasaría absolutamente nada. Se trata de un teléfono con ciertas mejoras respecto al modelo anterior (algo habitual) al que, para poder justificar un cambio de nomenclatura, Apple ha cambiado su material, sustituyendo el aluminio por el cristal. Esto también se debe a su nueva función de carga inalámbrica inductiva, incapaz de atravesar el metal. ¿919 euros por un teléfono mejorado y con un sistema de carga que, en lugar de atarme a un cable, me ata a una base? Pues va a ser que no.
Nos vamos al iPhone X. Esto sí que es un iPhone nuevo, aunque la tecnología incorporada, salvo ese reconocimiento facial tridimensional, no lo sea. Tamaño más compacto, más ligero de peso, diseño sin marcos, 5,8 pulgadas… Pero Sr. Tim Cook, usted se ha columpiado con el precio. ¿1.159 euros? Repito, va a ser que no. Sobre todo porque lo que hoy nos venden desde Cupertino como edición especial del décimo aniversario se convertirá, en menos de doce meses, en una norma. Si es que ya lo dijeron en varias ocasiones durante la Keynote, «Este es el futuro del iPhone». Más claro, el agua y aún así, en poco tiempo habrá quien se lamente. No me apetece en absoluto pagar mas por un teléfono que por un iPad o por un Mac, y mucho menos para que al año que viene todos los iPhone adopten este diseño, como así será, y yo me quede con dos palmos de narices.
Y de repente nos encontramos con el iPhone 7 Plus, hoy en día, una auténtica joya pues es el teléfono de Apple con mejor relación calidad – precio. Su precio ha bajado 140 euros y ahora, es mucho más atractivo. Y ya ni os cuento si acudís al mercado de segunda mano. En serio, podéis encontrar auténticos chollos, y con un año año de garantía por delante (o más), pues el iPhone 7 salió a la venta hace un año y por lo tanto, en toda Europa, como mínimo, tiene garantía hasta septiembre de 2018.
El iPhone 7 Plus (o el iPhone 7) es un smartphone increíblemente potente, con una configuración de doble cámara que saca unas fotografías espectaculares, un gran rendimiento y una gran velocidad. Es un iPhone 8 Plus sin carga inalámbrica inductiva y con la parte trasera en aluminio.
El nuevo iPhone 8 es más rápido que el iPhone 7 gracias a su nuevo chip A11 Bionic, y no me cabe la menor duda de que así es, pero es el mismo cuento de siempre. Por un lado, esa velocidad ya es inapreciable al ojo humano, y quien diga lo contrario, simplemente, miente. Y por otro lado, la inmensa mayoría de nosotros no somos capaces de aprovechar todo el potencial del iPhone así que, por más potente y rápido que resulte, seguiremos navegando por la red, enviando mensajes, consultando el correo, escuchando música y mucho más, del mismo modo.
[irp]
Por todo lo anterior, y por algunas cuestiones más, es por lo que finalmente he cambiado del iPhone 6 Plus al iPhone 7 Plus, descartando el iPhone 8 Plus y el iPhone X.
