Samsung se había establecido el objetivo de vender 350 millones de teléfonos en todo el mundo a lo largo de 2018. Pero parece que la marca coreana no va a poder alcanzar este objetivo de ventas. Hay varios factores para que esto no vaya a ser posible. Uno de ellos es que el Galaxy S9 no ha alcanzado las expectativas de ventas que se habían depositado en el mismo.
Así que la marca no va a tener un año tan bueno como se habían pensado en un primer momento. En parte por el mal momento que su gama alta está pasando en el mercado.
Una de las claves está en que el objetivo de 350 millones era ya demasiado alto para la empresa. La estimación inicial de Samsung era de 320 millones de teléfonos vendidos. Pero, cuando vieron que las reservas del Galaxy S9 superaban por mucho las esperadas, decidieron subir esta cifra. Y se marcaron el objetivo de vender 350 millones de unidades.
El año pasado Samsung vendió 319,8 millones de teléfonos, una subida del 3,3% respecto al año anterior. Pero el crecimiento en ventas de la marca está siendo bastante discreto, ante el avance de otras firmas en el mercado. Por eso, la nueva estrategia parece estar centrada en vender más.
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De momento, el Galaxy Note 9 llegará en agosto, adelantando su lanzamiento, por las bajas ventas del Galaxy S9. Con esta decisión la firma coreana espera impulsar las ventas de teléfonos, que de momento han bajado este año en todo el mundo.
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