Assassin’s Creed Origins ha sido el último lanzamiento de gran importancia para la actual generación de videoconsolas y PC por lo que toca hacer un repaso a su rendimiento y calidad gráfica en las máquinas de Sony.
Assassin’s Creed Origins es un portento gráfico, lo que se une a una optimización no demasiado brillante con lo que ya nos podemos imaginar que las actuales videoconsolas van a sudar para poder mantener un framerate estable. Las pruebas de Digital Foundry así lo confirman con una PS4 que sufre caídas de framerate constantes hasta alcanzar incluso los 20 FPS, lo que dista mucho de ser una experiencia óptima. En cuanto a la resolución se mueve de forma dinámica entre los 1080p y los 792p con lo que no puede mantener ni los 1080p ni los 30 FPS estables.
Pasamos a la PS4 Pro y nos encontramos con un framerate algo más estable pero igualmente con caídas muy importantes en los momentos de mayor carga gráfica, la resolución en este caso oscila entre los 1584p y los 1350p por lo que se confirma una vez más que los 4K le quedan muy grandes a Sony.
Más allá de ello ambas versiones lucen casi idénticas con diferencias gráficas prácticamente nulas. Por ahora no nos han mostrado la versión de Xbox One X que puede ser la mejor de todas, aunque dudamos que sea capaz de mantener los 30 FPS estables y muchos menos alcanzar el 4K.
[irp]Un rendimiento bastante malo aunque no nos extraña puesto que es un juego que en PC también está siendo muy exigente con el hardware e incluso una GTX 1080 sufre para mantener los 60 FPS en resoluciones más elevadas de 1080p.
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