Parece que a Samsung le ha salido un verdadero quebradero de cabeza con un problema relacionado con las baterías del Galaxy Note 7. Estas han presentado problemas de combustión espontánea lo que ha obligado a la surcoreana a llamar a todos los usuarios a entregar su terminal para un reemplazo de la batería.
El problema relacionado con las baterías del Galaxy Note 7 le va a costar a Samsung 1.000 millones de dólares en pérdidas. Tras conocerse el caso las acciones de Samsung en bolsa se han desplomado un 6,98 % lo que se traduce en pérdidas de nada menos que un total de 19.000 millones de dólares.
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Son malos tiempos para el gigante coreano, lógicamente un problema con este no puede hundir a un gigante de la tecnología pero si que puede mermar la confianza de los clientes y perjudicar su futuro inminente. Sea como sea Samsung ya está actuando para recuperar la confianza de sus usuarios y los inversores y es que han reconocido el problema desde el principio y van a asumir la responsabilidad.
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Fuente: phandroid
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