La semana pasada nos hicimos eco de una noticia muy curiosa sobre el Samsung Galaxy Note 7. Resulta que un terminal literalmente había explotado en medio de un vuelo, un caso que ha dado vuelta en todos los portales de Internet. Este no es el primer caso y varios terminales han tenido el mismo problema, la explosión de la batería. El culebrón obligó a Samsung ha a tomar todos los Samsung Galaxy Note 7 para que fuesen reparados, con los contratiempos y costos que eso conlleva.
Samsung no podrá seguir fabricando el Galaxy Note 7
Aparentemente el problema es más delicado de lo que suponíamos y ahora Samsung se ha visto presionada por los entes reguladores de Corea del Sur, China y Estados Unidos para detener la producción del teléfono. Ya en el mes de Septiembre Samsung tuvo que hacer una retirada masiva del Galaxy Note 7 y un programa de devolución de más de 2,5 millones de teléfonos para que sean reparados.
Si bien el problema de calentamiento y explosión de la batería del teléfono de Samsung solo ocurre a un número muy pequeño de unidades, esto es suficiente para que los entes reguladores obliguen a Samsung ha retirarlo del mercado, por temas de seguridad.
Uno de los terminales, víctima de la batería
Hace un tiempo algunos analistas calcularon que Samsung perdería unos 1.000 millones de dolares para reemplazar todos los teléfonos que habían vendido, con la producción ahora en stand-by, seguramente esas pérdidas crecerán. De todas formas esto no le mueve demasiado los números a la compañía Coreana, ya que 1.000 millones solo representa el 5% de las ganancias de una temporada. Los que sí deben estar preocupados son los ingenieros que trabajan en la filial Samsung SDI Co, que fabricaron el 70% de las baterías de este teléfono, más de uno se habrá quedado sin trabajo.
